Jack Brabham fue un piloto australiano de Fórmula Uno que se destacó en las décadas de 1960 y 1970 compitiendo con Jim Clark, Jackie Stewart, Bruce McLaren y Denny Hulme.
Y como otros pilotos de F1 de la época, tenía su propio equipo. McLaren lo hizo. Stewart también. Y por supuesto Brabham.
Un equipo que había formado con el diseñador Ron Tauranac en 1960, cinco años después de empezar a correr.
Precisamente en 1960, al año siguiente de su primer mundial de F1 en 1959. Tenía 40 años, algo insólito si lo comparamos con los tiempos modernos de la máxima categoría del automovilismo, récord que ostenta Sebastian Vettel desde 2010 cuando ganó el Mundial de F1 con tan solo 23 años.
Brabham repetiría el honor de coronarse campeón en 1960.
El Brabham BT3 (estas eran las iniciales del nuevo coche donde las iniciales representaban la primera letra del apellido de ambos propietarios) debutó en el Gran Premio de Alemania. Y las satisfacciones comenzaron a llegar de inmediato.
El cuarto puesto obtenido en la segunda carrera con el BT3 le convirtió en el primer piloto en sumar puntos con un monoplaza construido por él mismo.
Ganó tres campeonatos mundiales. En 1959, 1960 y 1966 y finalizó subcampeón en 1967.
Una nueva era.
Brabham y Tauranac se dieron cuenta de que los días del motor delantero en los autos pequeños estaban contados en la F1.
Lotus y Ferrari se anticiparon al proponer en 1961 el automóvil de motor central mucho más potente que el Cooper de Brabham.
Y llega el momento del cambio. Los grandes equipos están invirtiendo mucho dinero en sus coches con el apoyo financiero de empresas multinacionales.
El negocio de la F1 está llegando a pasos agigantados.
Tras la mala temporada de 1961 Brabham se une a Racing Organisation y empieza a conducir los coches fabricados por Motor Racing Developments, empresa cuyo principal objetivo no era fabricar coches de F1 sino vender los monoplazas a los que competían en las categorías inferiores.
Esto retrasó el proyecto inicial mientras los otros equipos ya estaban preparados.
Esta situación se prolongó durante un par de años hasta que la FIA autorizó duplicar la capacidad máxima del motor de Fórmula 1 a 3 litros para la temporada de 1966.
El renacimiento de Brabham.
De hecho, 1966 no fue solo el año de su "renacimiento" deportivo que le permitió conquistar un nuevo título. También fue la primera vez que un piloto se proclamó tres veces campeón del mundo con un coche de su propia fabricación.
A partir de entonces comenzó un lento y paulatino declive, siendo superado por pilotos como el austriaco Jochen Rindt en 1968 y por el belga Jacky Ickx en 1969.
El año 1970 marcó su última temporada en la Fórmula 1.
El mismo año en el que Jochen Rindt perdió la vida durante los entrenamientos del Gran Premio de Italia, tras una maniobra realizada para afrontar la famosa curva "Parabólica", a tres carreras del final de la temporada, y que le convertía -hasta hoy- en el único F1. conductor para ganar el título "post mortem".
Jubilación.
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Tras su retirada rompió definitivamente con el automovilismo vendiendo sus acciones al socio Tauranac y regresó a Australia donde residió hasta su muerte en 2014 a la edad de 88 años.
Poco después de su retiro, el equipo fue comprado por Bernie Ecclestone, quien más tarde se convirtió en el "hombre fuerte" de la F1, asumiendo la responsabilidad de gestionar los aspectos comerciales de la categoría durante dos décadas (1970-1990).
En 1992, poco después de ser adquirida por Middlebridge Group, una empresa de motores japonesa, el equipo de Brabham quebró porque no pudo pagar sus préstamos.
Pero esa es otra historia.
Las fotos y capturas de pantalla son de:
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