El fichaje de Cristiano Ronaldo forma parte de la estrategia de Arabia Saudí para dominar el fútbol mundial. Ansiosos por diversificar su economía y celosos de la creciente influencia internacional de Qatar, los saudíes están impulsando su liga nacional, compraron Newcastle y se postulan para albergar la Copa del Mundo de 2030.
El fichaje de Cristiano Ronaldo por el saudí Al Nassr ha revolucionado el fútbol. Con su llegada a Arabia Saudí, el jugador portugués se ha convertido en el deportista mejor pagado del planeta. Más de doscientos millones de euros al año es el sueldo que pagará el club por tener en sus filas al máximo goleador de la historia. El mensaje que envía esta astronómica cifra es contundente: Arabia Saudí quiere emular el dominio de Qatar en el fútbol. Y lo hace en un momento simbólico, justo después de la celebración del Mundial en el emirato.
Pero el traspaso de Ronaldo es solo una parte de la estrategia. En los últimos años, Arabia Saudita ha invertido miles de millones de dólares en el patrocinio de equipos, la organización de competiciones y la compra de clubes de élite como el Newcastle de Inglaterra. Sus objetivos trascienden el deporte. Riyadh tiene la intención de diversificar su economía, impulsar su influencia internacional y limitar el crecimiento de Qatar. A través del fútbol, Arabia Saudí ha visto pasar a su pequeño vecino de ser su vasallo a convertirse en una potencia regional, y no quiere quedarse atrás.
Al Hilal quiere contrarrestar la llegada de CR7 con el mejor jugador del Mundial de Qatar 2022. Según informa el medio español Mundo Deportivo, que siendo catalán siempre tiene buena información sobre Messi y su entorno, la cifra con la que intentarán conquistar a Messi ronda los 300 millones por una temporada. Sí, leyó bien: 300 millones por un año de contrato.
Messi saldrá el 30 de junio de este año procedente del Paris Saint Germain, y aunque parece tener todo pactado de palabra para seguir en el club parisino, de momento no hay nada firmado. Su futuro será una pelea de petrodólares: los que vienen de Qatar, dueño del PSG, contra los que vienen de Arabia, la nueva meca de este negocio llamado fútbol.
La liga saudí -a diferencia de sus países vecinos, con torneos semiprofesionales- tiene un buen nivel futbolístico, solo que lejos del radar de las potencias de América o Europa. Al Hilal y Al Nassr, de hecho, componen el derbi de Riad.
La ventana de oportunidad -y quizás el preludio de la oferta formal- para seducir a Messi se producirá el 19 de enero, cuando el capitán del campeón del mundo juegue un partido amistoso ante el Riyadh Season, equipo formado por futbolistas del rival Al Hilal y Al Nassr, que será dirigida por Marcelo Gallardo.
Pero los objetivos del país árabe –27 millones de habitantes y una superficie, a diferencia del pequeño Qatar, mayor que la de México– no se detienen en contratos descabellados como Ronaldo o eventualmente Messi. Arabia quiere organizar el Mundial de 2030 sola o acompañada: hay una candidatura en proceso para que ese Mundial se celebre en Egipto, Grecia y Arabia. El vértice de tres continentes: África, Europa y Asia.
Una curiosidad: competirá contra el país de Messi y el de Ronaldo. Las solicitudes conjuntas de Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay y la de España-Portugal. Habrá que ver quién seduce más a los directivos de FIFA. Qatar 2022 es un precedente que podría dar alguna pista de lo que sucederá.
Fuente: Serey.
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