Existe un equipo de fútbol indígena que rinde culto al Dios Sol al pie de la Cordillera de los Andes, en el sur de Ambato (Ecuador). Que celebra la tradicional ceremonia en homenaje al Sol llamada Inty Raymi.
Un equipo formado a instancias de una cooperativa indígena hace casi veinte años que hace una década ascendió a la máxima categoría del fútbol ecuatoriano.
Una tremenda demostración de la universalidad del fútbol.
Ese equipo se llama Mushuc Runa .
Un verdadero ejemplo de administración eficiente y respeto al trabajo.
Según la periodista Marcela Caicedo del diario El Comercio, era -antes de la pandemia- el único equipo de fútbol profesional del Ecuador, junto con Emelec e Independiente del Valle, dos equipos poderosos, que no vive encerrado en una crisis económica como la uno que afecta a los demás clubes.
Sus orígenes.
Mushuc Runa nació en el año 2003 cuando los fundadores de la cooperativa, cansados de que los socios de la cooperativa (es decir, los indígenas) fueran considerados aptos para trabajos rurales relacionados con la agricultura y la ganadería especialmente, decidieron ampliar los objetivos de la cooperativa. . Y crear un club de fútbol.
En un entorno tan competitivo era difícil prosperar. Y, sin embargo, lo lograron.
En una época (antes del 2000) en que el sector financiero y bancario en el Ecuador consideraba a las instituciones indígenas (y como tales a las cooperativas del mismo nombre) como sujetos de alto riesgo para el otorgamiento de crédito, en 1997 nació la Cooperativa de Ahorro y Crédito para promover iniciativas indígenas en la región.
Inicialmente formado por 38 campeones de la región de Chibuleo y zonas aledañas, fue bautizado con el nombre de Mushuc Runa, que en kichwa (quichua), su lengua, significa “Hombre Nuevo”. Sus principios básicos: responsabilidad, igualdad y solidaridad.
Ataviados con sus ponchos rojos, los jugadores parecen más un aficionado que un jugador. Hombres. mujeres y niños. Un precioso espejo que nos devuelve la mejor imagen de este deporte.
La campaña.
Mushuc Runa Sporting Club -así es su nombre deportivo completo- debuta en la segunda categoría del Tungurahua en 2009. Obtuvo su segundo título consecutivo y ascendió a la división B en 2011.
En 2013 ascendió a Primera División, dirigido por el argentino César Vigevani, la primera gran alegría en la historia del equipo indígena, que en ese momento tenía solo diez años.
En 2016, tras una mala temporada, el equipo volvió a la división B para regresar un año después a la máxima categoría.
Pero los mayores elogios los obtendría al clasificarse a la Copa Sudamericana en 2019.
Un ejemplo de vida, constancia y trabajo. Una verdadera lección de solidaridad que ejemplifica cómo ciertas cosas y ciertos aspectos de la vida y de la sociedad en general, para poder ser vistos, primero deben ser creídos y comprendidos.
Como el proyecto indígena que llevó a Mushuc Runa a la primera división del fútbol ecuatoriano.
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