Dos decenios después, Voss-Tecklenburg, de 48 años, tiene la oportunidad de sellar de nuevo la clasificación para unos Juegos Olímpicos, esta vez como seleccionadora de Suiza. Pero el camino hasta Río será cualquier cosa menos fácil, ya que solamente queda un billete disponible para las selecciones europeas. Las cuatro aspirantes se medirán por esta última plaza en un mini torneo que se disputará en Países Bajos del 2 al 9 de marzo.
Y en él, además del cuadro anfitrión y de las alpinas, participarán también Suecia y Noruega. "Queremos mostrar nuestra mejor versión y dejarnos la piel para aprovechar esta oportunidad que se nos presenta", explica Voss-Tecklenburg. "Estamos ilusionadas por estos tres grandes partidos de máximo nivel. Las cuatro selecciones tenemos las mismas posibilidades de clasificarnos para los Juegos Olímpicos. Seguro que estará todo muy igualado y serán duelos muy emocionantes", asegura.
A priori, de los cuatro candidatos, los conjuntos escandinavos parten como favoritos en este campeonato dada su gran experiencia mundialista y olímpica. ¿Será esto una ventaja? "Si analizamos los últimos partidos y tenemos en cuenta los resultados que hemos cosechado, en los amistosos en el caso de Países Bajos, y en el clasificatorio para la Eurocopa en el nuestro, estoy segura de que ni Noruega ni Suecia tienen motivos para subestimarnos.
Creo que Países Bajos se hará fuerte al jugar en su país. Debutar con 15.000 personas animándolas desde las gradas será muy emocionante para ellas. Han desatado la euforia en su territorio, y por eso creo que todos los contendientes nos tenemos mucho respeto", analiza la seleccionadora, quien acto seguido destaca la importancia de estos partidos en el proceso de maduración de las suyas. "Aquí hay algo más. Es un torneo distinto a la Copa del Algarve o a la Copa de Chipre, en los que una intenta jugar bien, pero donde el resultado es más bien secundario. Aquí nos jugamos la clasificación".
Aprovechar la experiencia del Mundial.
Las suizas ya saben lo que es clasificarse para un torneo importante, como demostraron con su primera participación en la Copa Mundial Femenina de la FIFA el año pasado, y ahora es el momento de sacar provecho a las experiencias recabadas en Canadá.
"Hemos modificado un poco nuestro sistema de juego y lo analizamos en profundidad con todo el equipo tras el Mundial. Hemos involucrado a todas nuestras jugadoras en el proceso. ¿Con qué nos quedamos del Mundial? ¿Qué hicimos bien? ¿Dónde no estuvimos tan acertadas? ¿Qué necesitamos para seguir progresando? Un punto clave era que queríamos ser más flexibles en nuestro esquema, ser más imprevisibles, más consecuentes y más contundentes de cara al arco contrario. Eso fue precisamente algo que nos faltó en el Mundial, donde no tuvimos esa contundencia a pesar de que veníamos de marcar muchísimos goles en el clasificatorio", reconoce la tetracampeona de Europa.
"Intentaremos lograr una mayor eficacia, aunque siempre es más fácil decirlo que hacerlo. También somos conscientes de que contra rivales de tanta entidad debemos minimizar nuestros errores y ser aún más precisas en los pases desde el centro del campo a la zona de ataque. Medirnos de igual a igual a una selección como Japón en el Mundial nos ayudó a creer en nosotras, a madurar y a tomar decisiones acertadas en la cancha. Es un placer ver cómo el equipo va progresando, si bien todavía no hemos culminado nuestro proceso de maduración", puntualiza Voss-Tecklenburg.
Hacer historia. La preparadora, nacida en Duisburgo, seguirá siendo la responsable de esta evolución en el futuro, ya que el pasado viernes amplió su contrato hasta mediados de 2018. Clasificarse para Río 2016 sería la confirmación de su buen hacer y significaría algo histórico.
"Si finalmente logramos clasificarnos, sería un hito histórico. No está de más recordar que muy pocas disciplinas olímpicas tienen una fase de clasificación tan dura como el fútbol femenino. No en vano, sólo las tres mejores selecciones europeas del Mundial obtienen la clasificación directa para los Juegos. Esto nos da una idea de la dificultad que entraña acudir a un torneo al que apenas acceden doce combinados nacionales. Nueva Zelanda y otros países lo tienen un poco más fácil. Si al final sellamos nuestro billete, será algo único", afirma.
Así las cosas, lo principal de aquí hasta el primer partido contras las anfitrionas en La Haya es evitar lesiones. "Dependemos de que todas nuestras futbolistas lleguen en un estado de forma óptimo y que ninguna se lesione. También necesitamos la energía que transmite el banquillo. El plantel es cada vez más completo. Por eso toco madera para que nuestras jugadoras más destacadas, como Lara Dickenmann, Martina Moser, Ramona Bachmann o Ana Maria Crnogorčević no sufran ningún contratiempo.
Y también para que podamos contar con Caroline Abbé y Rahel Kiwic en el eje de la zaga, dos futbolistas capaces de jugar todos los encuentros al máximo nivel. Eso es lo que necesitamos. De esto modo, podremos firmar buenos partidos y ponerles las cosas muy difíciles a nuestros rivales", concluye la seleccionadora.
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En realidad hay algunos deportes, incluídos o excluídos de los juegos olímpicos que no se entiende. Por ejemplo està el curling desconocido en un gran némero de países y no està el polo.
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